TURISMO EN EL BOSQUE “LA CARBONERÍA”
En realidad, los bosques son más que historias contadas en historietas. Los bosques juegan un papel fundamental en la regulación del clima en el planeta, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos.
11 de noviembre de 2019 (10:57 h.)
Por ello, las selvas y demás bosques son posiblemente el patrimonio natural más importante, pero también el más amenazado y depredado por la mano del hombre
A pocos kilómetros de Cañar, está el Bosque “La Carbonería”. Es una zona de exuberante vegetación, de especies de plantas forestales nativas, como bromelias, orquídeas y epifitas, que se encuentran distribuidas en varias hectáreas de terreno, donde el paisaje es accidentado, y se puede observar gran variedad de fauna.
Sin duda alguna, la vida en el Bosque, te encantará!
Para entrar a este bosque, se logró la apertura de la vía en una longitud de 6.5 kilómetros. Antes de ingresar al bosque por esta carretera recién abierta, se halla Lamayhuayco, donde se puede encontrar una pequeña vertiente, así como Gallorumi, llamado así por tener una piedra con la forma de un gallo. Además, los turistas pueden observar una piedra con la imagen de San Antonio.
Amigos, visitemos la Carbonería, ¡a conciencia!
A pocos kilómetros de Cañar, está el Bosque “La Carbonería”. Es una zona de exuberante vegetación, de especies de plantas forestales nativas, como bromelias, orquídeas y epifitas, que se encuentran distribuidas en varias hectáreas de terreno, donde el paisaje es accidentado, y se puede observar gran variedad de fauna.
Sin duda alguna, la vida en el Bosque, te encantará!
Para entrar a este bosque, se logró la apertura de la vía en una longitud de 6.5 kilómetros. Antes de ingresar al bosque por esta carretera recién abierta, se halla Lamayhuayco, donde se puede encontrar una pequeña vertiente, así como Gallorumi, llamado así por tener una piedra con la forma de un gallo. Además, los turistas pueden observar una piedra con la imagen de San Antonio.
Amigos, visitemos la Carbonería, ¡a conciencia!