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Mientras las personas caminan por las calles, dedican su tiempo libre a realizar sus
actividades favoritas, comparten con sus familiares, organizan una reunión por las
festividades de la ciudad o simplemente disfrutan de una noche de jolgorio entre
amigos. En el Centro de Privación de Libertad de Varones de Azogues, 150 individuos
purgan su pena en celdas reducidas, en una cárcel que no es un hotel cinco estrellas, sino un lugar donde estar “preso”, significa dolor, frustración y rabia.
Ingresar a este sitio ubicado en el sector de Zhigzhiquín, no es nada difícil si se está llevando una vida inapropiada y contra lo que establece la ley, por un error, un mal momento, una decisión equivocada o una jugarreta del destino; la vida da un giro inesperado para insertarse en el mundo de las “personas privadas de la libertad”.
Días, meses, un año, dos, cinco, diez, veinte o treinta, para un ciudadano común puede ser muy poco tiempo, pero para un procesado puede convertirse en un siglo, porque cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día que pasa lentamente, su sueño de libertad se vuelve un anhelo para sobrellevar una sentencia.
En el parque central de Azogues y con la presencia de autoridades locales y provinciales, el pasado miércoles 31 de octubre, se realizó un acto castrense por el Día del Escudo Nacional.
Miembros del ejército participaron en esta programación llena de patriotismo al recordar que los símbolos patrios simbolizan la cultura, la manera de ser, creencias y recursos naturales del que dispone el Ecuador.
Frente al atrio de la Gobernación se ubicó un cuadro del Escudo Nacional, como muestra que el mismo está ligado a la historia de la Patria, además que forma parte de procesos cruciales del devenir comarcano.